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IDEAS

Parte del equipo investigador plasma sus ideas y anhelos de este proyecto que ASOESCENA impulsa desde el 2011 y que hoy puede materializarse gracias al premio "Nuevo Mariano Aguilera".

MARCELO

LUJE

La Minga de la Memoria significa la posibilidad de encontrar algo que me ha sido lejano, borroso y misterioso;es la posibilidad de encontrar las raíces, los porqués, los fundamentos que dan identidad a las formas estéticas y a la utilización de una u otra técnica en la producción teatral de mi generación.

Es la posibilidad de encontrar los rostros alegres y sabios de quienes antes marcaron con sus pasos el territorio que hoy se convierte en nuestro escenario.

También es la posibilidad de reconocernos en los otros hacedores de las artes escénicas, en nuestros pares, y en las prácticas y dinámicas que nos llevan al abordaje de uno u otro tema. 

La Minga de la Memoria es el pretexto para fortalecer el tejido vivo de nuestro teatro y encontrar los indicios de nuestra comunidad. Es la recuperación del respeto y la fe en el teatro y en las personas que trabajan arduamente para generar la magia efímera que vive y muere de manera intensa en cada función.

 

Es importante cubrir las brechas de comunicación intergeneracional producto del vertiginoso avance tecnológico. Por tanto, rescatar la memoria histórica, a través del registro audiovisual, en este caso la memoria del teatro quiteño, latente en las mentes y pensamientos de la gente protagonista, representa el leitmotiv de este proyecto. No permitamos que nuestro patrimonio intangible se pierda irremediablemente en el rotar despiadado del reloj y la inmisericorde desaparición de las generaciones.

JOSÉ

ZAMBRANO

GEOVANNY

HEREDIA

La minga de la memoria es la posibilidad del futuro, aunque parezca contradictorio, pero se trata de no seguir caminado a ciegas. Se trata de los tiempos que se entrecruzan para formar el presente. Se trata de Edipo que busca a su padre para no ser parricida de una historia que no conoce. Se trata de ser o no ser, pero dentro de una memoria colectiva. Se trata de un performance, una acción, que no se impone, sino que se construye con la vivencia de todos. Se trata de un  almuerzo, 18 invitados, 5 cámaras, una mesa redonda, un espacio vacío lleno de un teatro vivo. Alguien decía que ser teatrero, o teatrista (recordando esa vieja divergencia) es ser guerrero, que es una forma de resistencia. Nosotros seguimos guerreando y resistiendo, dinamizando una historia que en cada segundo pasa a ser memoria desde distintas voces, un espacio temporal donde se reúnen nuevos sueños con viejas necesidades accionando en conjunto como una nueva posibilidad.

Invitados de la Minga expresan sus comentarios del proyecto

AMÉRICA

PAZ Y MIÑO

Pensar o repensar sobre el teatro para mí no ha sido una tarea ni necesaria ni vital. Pero sí pienso y repienso sobre la vida y como esta es parte de mi teatro. En tal sentido, la minga ha sido para mí un espacio para redescubrir articulaciones vitales que entre el oficio, el tedio y, muchas veces, la desesperanza había perdido. Tedio y desesperanza fomentadas por lo que yo pensaba eran límites muy marcados entre nuestras almas y nuestras prácticas, entre nuestras razones y nuestros objetivos, entre nuestros anhelos y nuestros dolores; pero principalmente por lo que cada uno de nosotros era capaz de hacer por la necesidad de sobrevivir en este mundo neoliberal que ha lastimado profundamente nuestras redes de afectos y empatía. Sin embargo, para mí la minga visibilizó como esos límites ni son tan marcados ni son tan reales, como nuestras diferencias no solo enriquecen la escena nacional sino que permiten entablar espacios de diálogo con dolores, sueños y preocupaciones comunes; y principalmente como el mantenernos separados nos debilita profundamente, nos vulnerabiliza y precariza nuestro trabajo. Gracias por la invitación a quitarme las gafas de prejuicio impuesto primero por mí y después por el alejamiento entre nosotros, la ignorancia de la vida del otro, la crítica oculta y mal intencionada pero principalmente por la  "fantasía" de orfandad que tanto daño nos hace. En verdad, mil gracias…

MARILÚ

VACA

Gracias por la oportunidad de compartir un espacio que realmente nos hacía falta. Mi experiencia en la Minga de la Memoria fue muy intensa, me reencontré con gente, con ideas, con experiencias y con aquellas preguntas que guardé desde que me inicié en este oficio en aquel agosto de 1994. Algunas de esas preguntas quedaron respondidas entre sonrisas, vinos y asombro, y gracias a la memoria y la palabra de los compañeros. Otras preguntas, en hora buena, quedaron vigentes para convertirse en resortes interiores que me permitan seguir actuando y trabajando por los sueños.

 

Les mando un abrazo y otra vez gracias.

PATRICIA

NARANJO

El día sábado 11 de julio, me desperté muy temprano, con ansiedad. Debía prepararme para asistir a una invitación de Asoescena: " La minga de la memoría".
El no saber a qué exactamente iba aumentaba mi nerviosismo, que me acompaña en cada evento importante de mi vida.
Debía esperar el recorrido del transporte que llevaría a los invitados al lugar elegido para el encuentro. Cuando por fin llegó y me subí. ¡Qué emoción! Franklin Rodríguez, Zaydum, Pepe Morán. Fuimos hasta el centro sumando compañeros, algunos no conocía, pero había un ambiente especial.
Llegamos a la Casa de la Cultura y nos esperaban los anfitriones... Adela, Marcelo, Lorena. Sonrientes... contentos de recibirnos y lo hicieron con los brazos abiertos, lo que provocó que entráramos en un cálido ambiente; llegó el otro recorrido. Luego de los abrazos, con queridos amigos y compañeros... Iván Morales, Juan Carlos Terán, entregamos el objeto especial que nos habían pedido y subimos al espacio preparado para el encuentro. Perfecto... cuidado cada detalle. Uno que otro comentario, una risita, nadie hablaba, hasta ese momento, en voz alta y de pronto... irrumpe una hermosa e imponente Adriana Oña con su personaje de La Carishina. Increíble. Para mis adentros dije: gracias por estar aquí. A partir de ese momento mágico no hubo limitación ni restricción para compartir las experiencias, para conocernos con los y las compañeros/as más jóvenes como Pablo Tatés, Patricio Guzmán, Carlos Quito y algunos más, cuyos nombres se me
escapan; reconocernos con los que habíamos compartido tantos momentos en varias etapas de actividad teatral.  Que importante escuchar las experiencias de vida de cada uno… Qué alegría ser parte de esta nueva etapa del teatro ecuatoriano. Ser testigo del pasar de las palabras a los hechos… Agradezco a Asoescena por la invitación. Salí de ahí deseando subir pronto a un escenario.

Gracias mil.

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