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Teatro y museo… un diálogo fructífero

Adela De Labastida C.

Junio de 2016

 

En Quito todavía hacemos minga por una gran cantidad de motivos: para construir, para limpiar, para adecuar, para sembrar y también para  cosechar… A veces, en el escenario, la siembra y la cosecha coinciden a un tiempo, y si no, que lo digan los maestros, los mayores: en La Minga de la Memoria del Teatro Quiteño, el acto de compartir tantas historias de vida y de teatro significaba ir cosechando el reconocimiento de aquellos que, como niños y niñas ávidos de magia, seguíamos los relatos. Al mismo tiempo, en minga, abríamos el surco y hundíamos en los corazones las semillas de la comunidad.  Como en el agro, cualquier cosa puede pasar: la helada puede caer, la sequía impedir que los brotes salgan. Si se inunda el terreno, las raíces no prosperarán, si le prenden fuego, todo se perderá; pero si entre todos y todas cuidamos la chacra, lo más probable es que logremos abundante cosecha… porque la tierra es fértil, las manos laboriosas, las mentes creativas y los corazones  recios, pero la voluntad… ese delicado anillo de cristal donde a veces se funden todos los caminos, hay que ver si con La Minga se ha fortalecido, si la memoria ha sido suficiente para encenderla y provocar un fuego duradero.

            Así que, lo más importante de La Minga, está hundido en el corazón transformándose. Ahora tenemos una oportunidad para exponer sus huellas; exponemos nuestros primeros hallazgos, nuestras conclusiones primarias y queremos mostrar algunos fragmentos de nuestro tesoro de imágenes, palabras y acciones, dichas y hechas por un centenar de artistas escénicos, Los Mingueros, quienes accedieron a participar en julio de 2015.  Solo podemos mostrar las huellas porque el teatro es un arte vivo y es imposible mostrarlo durante 528 horas de exposición que duraría la Exposición Final del Premio Nuevo Mariano Aguilera en el Centro de Arte Contemporáneo. El teatro y las artes escénicas son artes vivas porque las hacen los artistas en el presente, en el aquí y ahora, aquello que, aún capturado en un soporte magnético o digital, nunca podrá reproducir lo vivo.

            Por esta razón, hemos pensado un espacio “vivo en ausencia”, un espacio que se llenará una vez por semana. En él  contaremos con artistas que están pensando también la memoria del teatro quiteño, quienes  quieren también abonar el terreno sembrado exponiendo escénicamente sus emociones y reflexiones artísticas en el formato de performance, muestra, improvisación u otros. Todas y todos quienes asistamos a su encuentro, podremos compartir con ellos  la materia viva del teatro quiteño.

            Y el elemento simbólico de La Minga… el acto de hacer entre todos una ensalada de frutas para degustarla y regalarnos.

            ¡Qué más podemos pedir!  La Minga de la Memoria del Teatro Quiteño es una celebración del arte vivo, una celebración de la vida…

 

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EDITORIAL

 

TRES VECES, TRES VOCES DE LA MINGA

 

22 de julio de 2015

 

Han transcurrido ya tres banquetes en los que se ha servido la memoria como plato fuerte y se ha celebrado con el vino ritual. Espacio y tiempo, las coordenadas de la vida. 

El primero fue el banquete de iniciación, formal y circunspecto, en un espacio en reconstrucción después del fuego que lo cegó, Teatro Bolívar. El segundo gozó del privilegio de la camaradería y la fluidez, en medio de un museo, como en una vasija de barro, Museo Nacional. El tercero, el banquete emotivo y crítico, que nos condujo a todos al ritual del sentimiento compartido, fue en la academia, al cobijo de los muros y las paredes donde muchos se han formado, Facutad de Artes.

La necesidad de visitar el lugar de la pertenencia, la patria de los afectos, nos ha llevado a acariciar el viejo-nuevo sueño de la comunidad. Después de esta minga itinerante, sabemos que todo lugar es ese lugar –de la comunidad y de la memoria-.

Esta visita es a las profundidades del sujeto, embarcados en la nave de la memoria, para anclar en el puerto de los otros simultáneamente diversos e iguales. Ya lo decía Octavio Paz: “Para que pueda ser, he de ser otro. Salir de mí, buscarme entre los otros. Los otros que me dan plena existencia”.

Es un viaje al pasado dispuesto como gran collage imaginario que no sirve como colcha para quedarse en la comodidad del rincón conocido. Es un collage que con todos sus colores, texturas y mixturas alegra la vista y reconforta. Y es también un collage que irrumpe en el espacio con dardos y contrapunto de filosos metales: yendo al pasado, vuelve con fuerza al presente para acertar en las dianas dispuestas al tiro.

Se transcurrió por el lugar de la comunidad y la vivencia del compartir en la pobreza, encontrando contradicción con la mesa dispuesta para el banquete.  Se criticó los comportamientos mezquinos que favorecen la apariencia en lugar de la verdad, cuando no somos capaces de hablar a la cara, como artistas, sobre lo que hacemos en el arte. Todavía más en el blanco, se trajo a colación el tema de los gremios y lo más actual: los fondos concursables y la Villa de las artes, o dicho de otro modo: los gremios y la relación con las instituciones de la cultura: se habló de “no hacerles el juego”,  refiriéndose al concurso por unos escasos fondos y se rechazó la  invalidación de los artistas por los propios artistas… “Todos  hemos trabajado en el arte por igual, todos somos válidos”, se decía, sobre el proceso de la Villa de las artes.

Entonces, arribamos al  espacio político, el peliagudo espacio que se ha vuelto también el fantasma omnipresente en estas celebraciones, en el que no caben puntos medios, o se está con el poder o no. No le corresponde a la minga aclarar cada una de esas aristas. Cada frente tiene su propio espacio. Sí le corresponde, en cambio, invitar a todos y todas a la reflexión y al debate.  La minga de la memoria sí celebra el hecho político de las opiniones divergentes, celebra que existan y se expresen porque sin ellas simplemente estaríamos eligiendo vendarnos los ojos para caminar al filo del abismo.

Pero por sobre todo se place en que la historia, no sea ese libro viejo arrumado en la estantería a merced del polvo. Se maravilla de que la historia del teatro quiteño sea una confrontación -con el presente provocador y el pasado aún por resolver- y que el futuro no se vea como el “dorado destino”, sino como un gran portal hacia todas las posibilidades. Que lo recordado nos sirva para ver por dónde caminar desde ahora, si no no hemos aprendido nada.

La minga de la memoria del teatro quiteño está viva y se hace entre todos. ¡Qué desafío al futuro!

 

Equipo de investigación mingamemoria

25

 

JUL

PERFORMANCE IV

25 de julio de 2015

 

El último de los performances planeados para celebrar la Minga de la memoria del teatro quiteño, el lugar elegido es el Centro de Arte Contemporáneo, de 13h00 a 18h00. Nos mueve el vibrar del deseo por volver a encontrar a aquellos y aquellas que, siendo distintos, son iguales.

¿Buscar una raíz común?...  ¿existe?... ¿Los artistas cultivan sus raíces comunes o son sujetos a merced de su subjetividad y de la competencia?...

Este últmo sábado de julio es la cuarta oportunidad para pensar estos lugares de la relación: teatro quiteño-teatristas quiteños. Contaremos con la participación de: Susana Nicolalde, Gualberto Quintana, Madeleine Loayza, Tanya Sánchez, Geovanny Pangol, Fernando Andrade, Gabriel Garzón, Moisés Soria, Patricio Vallejo, Clara Bucheli, Tián Sánchez, Silvia Brito, Lorena Rodríguez y Geovanny Heredia, entre otros.

 

Un poco de historia

“Una característica del teatro contemporáneo quiteño es la experimentación. Lo experimental entendido como el espacio en el cual probar la creación, propuestas de montaje, de manejo escénico, planteamientos estéticos en tanto productores de sentido” (Peñafiel, 2007).  Algunos grupos como Cronopio, Zero no Zero, Espada de madera, Mandrágora, Contra el Viento y Malayerba, según Patricio Vallejo, se originaron en inquietudes antropológicas. Esto junto con el surgimiento del Festival de Teatro de Manta, bajo la tutela universitaria, influyó en el desarrollo del teatro quiteño y ecuatoriano. (Alfaro, 2015)

 

18

 

JUL

PERFORMANCE III

18 de julio de 2015

 

El tercer Performance se realizará en el Teatro de la Facultad de Artes de la Universidad Central del Ecuador de 13h00 a 17h00.

El tránsito entre  la subjetividad que aporta cada uno de los invitados de la Minga de la memoria del teatro quiteño y la objetividad de los hechos históricos de una década, como la de los años 90,   se presenta como  el acumulado de presencias y ausencias, de procesos vividos en la comunidad o fuera de ella, un gran itinerario de emociones, de constataciones y de esperanzas en el porvenir. En esta ocasión, el Teatro de la Facultad de Artes es el espacio de la memoria y entre los hacedores están: Ramiro Aulestia, Luis Cáceres, Yolanda Navas, Guido Navarro, Daniel Moreno, Nohemí Laínes, Pato Estrella, Patricio Viteri, Alejandra Albán, América Paz y Miño, Juana Guarderas, Juan Manuel Valencia, Teresa Ramos, Xavier Cevallos y otros.

 

Un poco de historia

1990-2000:“Las dos décadas subsiguientes son para el teatro ecuatoriano de una enorme importancia por la diversidad de hechos que lo enriquecen. Décadas de crisis expresadas por un débil estado que se ausenta de su responsabilidad en la cultura… Es evidente que si en el país faltaban políticas, esto también se reflejaba en la cultura. Excepto en Quito que en su condición de primera ciudad patrimonio de la humanidad y el acompañamiento de organismos internacionales, sostienen un proceso de investigación, publicación, financiamiento y apoyos a la cultura de la ciudad” (Alfaro, 2015). 

 

SOBRE EL PROYECTO...

 

Bolívar Bautista / Performance II

 

La semana se ha terminado sabrosa, asistimos a La Minga de la memoria del teatro Quiteño, interesantes planteamientos, historias, hechos que muestran lo andado y heredado de los compañeros de lo 80; observaciones: Dar un tiempo determinado a las intervenciones, para luego hacer una conversa general; con todo el afecto a Adriana, hay que limitar su continua participación que diluyen las ideas que se van generando; que la minga deje un terreno fértil donde todos sembremos. Asoescena OrganizaciónGeovanny Heredia Parra
Tenemos noticias sobre la VILLA DE LAS ARTES: se harán publicas las actas y los criterios de selección, mil gracias, esa es la manera de trabajar por un bien común, sinceros éxitos en esta producción. Lucía Yánez
Christoph Baumann dejo en claro el mecanismo de su presencia en el festival del Sucre, gracias la oportuna respuesta, es un interesante debate que hay seguir haciendo para fortalecer un movimiento teatral cada vez mas amplio y que exige respuestas.
Buena semana a los teatristas, teatreras, hacedores, que de todos lados construyen y hacen teatro.

 

 

Gabriela Ponce Padilla / Convivio y comunidad

CURADORA DEL PROYECTO

 

El proyecto establece como su objetivo principal la (re)construcción de la memoria del teatro quiteño en los últimos cuarenta años a partir del diálogo entre quienes han sido sus protagonistas, los propios teatristas. Dicho acontecimiento se ha planteado  como un performance que, a modo de banquete, reúne a los participantes en el propósito común de poner en diálogo sus experiancias de vida y oficio con cuestiones relevantes a la práctica teatral contemporánea. La atmósfera que contiene el encuentro se produce en función de la doble condición en la cual éste ocurre, como acontecimiento teatral/performático propiamente dicho y como ritual a partir del cual se provoca el libre intercambio de ideas en el acto colectivo de construir una memoria viva y (re)componer el vínculo afectivo de quienes comparten un oficio. El registro audiovisual de estos encuentros busca, por su parte, darle al proyecto un alcance en el tiempo, tanto en su carácter de archivo como de manual de uso, con el ánimo de su posible reproducción.

De un total de cuatro encuentros planificados, dos ya tuvieron lugar, convocando a artistas para dialogar sobre lo que fueron las décadas de los setentas y ochentas en el teatro ecuatoriano. El primero de esos encuentros, ocurrido en el  Teatro Bolívar, estuvo marcado por la emotiva presencia de quienes se mantienen, de diferentes modos, en el quehacer teatral por más de treinta años y cuya voz resonó plenamente en la imponente arquitectura que los acogió. El espacio de encuentro habitado por el aura de la creación, generó un ambiente propicio para que la memoria tome la palabra y cuente: el propio teatro reconstruyendo su historia. Se revisaron momentos claves en la gestación de un teatro comprometido con la transformación social y la militancia. La estrecha y compleja relación entre teatro y política fue una de las más importantes constataciones que dejó la reflexión, así como los modos en los que el teatro sobrevivió a la escasez de políticas públicas desde la potencia y perseverancia de teatristas. En medio de anécdotas y reflexiones agudas, se identificaron problemáticas y se observaron rupturas que fueron contrastadas por el testimonio de artistas de generaciones ulteriores que también asistían a este primer encuentro. Uno de los riesgos de la metodología propuesta era justamente el poner a diferentes generaciones a dialogar, desafío que se está constituyendo, sin embargo, como uno de los aportes del proyecto en la creación de la comunidad: comprender el vínculo del pasado con el presente fortalece el sentido del oficio, le otorga densidad temporal al quehacer y permite observar los hilos invisibles con los que se va tejiendo una historia compartida.

En el acto de comer y beber juntos, los participantes transitan entre la estructura sugerida y la no-estructura que se genera en el libre expresión de los recuerdos, anécdotas e interpretaciones. La memoria -eje conceptual fundante del proyecto- no resulta en este sentido del acumulado cronológico de obras y autores con pretensiones de construir la historia del teatro quiteño de los últimos tiempos, sino que  se va urdiendo de manera autónoma  como “lo memorable,” resultado de la negociación dialogada y del íntimo encuentro de los teatristas y sus trayectos de vida y oficio.

En el último performance, sucedido en el Museo Nacional de la Casa de la Cultura, el alcance teatral se expandió y fueron los objetos traídos por lo participantes los que evocaron la memoria y concitaron el convivio – en palabras de J. Dubatti, manifestación ancestral de la cultura, de la oralidad, de lo que está vivo-. Máscaras, instrumentos musicales, afiches de obras, libros y vestuarios acompañaron el relato de experiencias personales y colectivas. Otra vez en lo narrado coincidió una relación que parece ser neurálgica en nuestro medio: el teatro y la política. También se pusieron de relieve las rupturas generacionales que dentro del movimiento fueron resignificando ese compromiso político, otorgándole nuevos sentidos. Se vislumbraron nuevos temas que convocaron discusión, entre estos los espacios de profesionalización, en particular el papel de la carrera de teatro en la Universidad Central en relación con otros espacios de formación más ligados a la praxis teatral. Se discutió el asunto de la agremiación y también se confrontó la cuestión del teatro de grupo con nuevas dinámicas de creación que se han ido adoptando con el pasar de las décadas. Se revisaron nombres, obras y momentos claves en la conformación de esa multiplicidad que es el teatro quiteño hoy, ensayando  también hipótesis que den cuenta de problemáticas que lo caracterizan mencionándose de modo reiterado la falta de un sentido de comunidad entre sus miembros. Todo esto mediado por la teatralidad de la minga: entre otras actividades, los integrantes preparon juntos, en cercana colaboración, una ensalada de frutas que luego disfrutaron como último plato del banquete.

De estos dos performances se vislumbran ya algunos de los aportes más significativos del proyecto artístico La Minga de la Memoria del Teatro Quiteño y que sin duda apuntan precisamente a la vigorización de esa comunidad, al registro de la historia o de algunas historias que la integran, y a la identificación de temas  que transversan la práctica de distintas generaciones de teatristas quiteños y sobre la que podrá cimentarse una reflexión de más largo aliento.

11

 

JUL

PERFORMANCE II

11 de julio de 2015

 

El segundo Performance se realizará en la Sala de Exposiciones Temporales del Museo Nacional, ubicada en el edificio de los espejos de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE), el sábado 11 de julio de 2015, de 13h00 a 17h00.

La CCE Benjamín Carrión se convirtió en la sede de las propuestas teatrales de varios grupos de gran trayectoria del teatro quiteño, en especial desde los años 80. Aunque la propuesta ideal era reconocerlos en la sala más experimental y frecuentada de esa época: el Teatro Prometeo, no se logró el espacio, sin embargo, el performace se realizará muy cerca, en el mismo edificio.

El diálogo que se propone no es estrictamente histórico, es también filosófico, intergeneracional y diverso como diversas son las fuentes de la teatralidad. En esta ocasión nos acompañarán artistas como: Christoph Baumann, Patricio Guzmán, Franklin Rodríguez, Zaydum Chóez, Juan Carlos Terán, entre otros.

 

Un poco de historia

1980-1990:“Todo esto [refiriéndose al manejo de recursos para la cultura por parte del Banco Central, por ejemplo, que influyó en esta década]  también crea un hacer escénico nuevo que con el tiempo y hasta la actualidad existe, que es aquello que se conoce como Gestión cultural” (Alfaro, 2015).

 

PROYECTO

 Elaborado por: Adela De Labastida C. 24/06/2015

 

ASOESCENA ha propuesto el proyecto “La minga de la memoria del teatro quiteño: 1970-2010”, como un proyecto de investigación y creación artística a la vez. El reconocimiento otorgado por el Premio Mariano Aguilera es un importante aporte de la Fundación Museos de la Ciudad, el Centro de Arte Contemporáneo y la Alcaldía de Quito, para promover su desarrollo, pero dadas sus características intrínsecas, el proyecto tiene limitaciones presupuestarias imposibles de pasar por alto. Esta es la razón principal que nos conduce hacia la implementación de criterios de selección de los artistas participantes.

 

El premio consiste en el financiamiento de una parte del proyecto, que se traduce en los gastos operativos y administrativos de cuatro performances consecutivos que involucran a un total de 20 personas por cada uno.

 

“La minga de la memoria del teatro quiteño” combina tres componentes artísticos:

  • Investigación de la historia reciente del teatro quiteño en las décadas de los 70-80, 80-90, 90-2000 y 2000-2010.

  • Creación de una obra de arte contemporánea en formato de performance, en la cual se invita a teatristas cuyo trabajo se ha desarrollado en Quito a un Banquete de celebración con el tema de la memoria del teatro quiteño como “plato fuerte” a partir de las vivencias individuales y colectivas de su trayectoria artística.

  • Realización del producto artístico audiovisual “manual de uso”, que incluye la propuesta metodológica desarrollada para restituir la memoria de los hacedores del arte escénico en una trasmisión de sus saberes artísticos, contextuales y humanos, forjadores de su arte, hacia las nuevas generaciones.

 

Criterios de selección

 

En vista de que, en los registros del proyecto constan más de doscientos teatristas y de que la limitación presupuestaria obliga al proyecto a reducir ese número a las 2/5 partes, se hizo necesaria la implementación de criterios de selección para conformar los grupos de artistas participantes en cada uno de los performances proyectados. Estos criterios son:

  • Origen artístico diverso.

  • Actividad constante en el arte o en el ámbito profesional.

  • Participación a nivel personal, grupal o institucional en el ámbito del pensamiento sobre al teatro o el arte escénico.

  • Participación en las organizaciones gremiales conformadas.

  • Personalidad comunicativa, extrovertida, propositiva.

 

Con estos criterios, se van configurando cuatro grupos de teatristas, en cada uno de los cuales se procura:

  • Combinar equilibradamente estos criterios, guardando como fundamento un mayor porcentaje de quienes han tenido un auge en su trayectoria en cada una de las décadas mencionadas.

  • Dialogar entre generaciones, géneros, procedencias y tendencias de teatristas, en torno a la memoria del teatro quiteño que involucra también al sujeto artista escénico joven y su objeto de arte.

  • Proponer esta restitución viva de la memoria a la comunidad artística para que  las nuevas generaciones puedan recrear un acceso de similares características a futuro, que mantenga el carácter “vivo” esencial del arte escénico.

 

PARA LEER EL ARTÍCULO COMPLETO DE CLICK AQUÍ

04

 

JUL

PERFORMANCE I

 04 de julio de 2015

 

El primer Performance se realizará en el Teatro Bolívar, desde las 13h00 hasta las 17h00. El objetivo es rescatar la memoria del teatro quiteño de la época del 70, partiendo de la mirada diversa de actores y actrices de distintos géneros del teatro y, sobre todo, de distintas raíces, formación artística y época, para lograr un campo de discusión profundo. Entre ellos: Antonio Ordóñez, Yolanda Acosta, Fernando Moncayo, María Beatriz Vergara, Christoph Bauman,...

El Performance consiste en un banquete al que los artistas son invitados por ASOESCENA (Asociación de Artistas Escénicos del Ecuador), como anfitriones estarán Adriana Oña y Marcelo Luje, quienes los guiarán, en medio de este festín, en un viaje por los recuerdos propios, ajenos y compartidos. El disfrute, el convivio y el vínculo son las premisas básicas para refrescar la memoria.

Para registrar la información y poder sistematizarla, se grabará en audio y video toda la tertulia, con el fin de crear a futuro una propuesta artística informativa.

 

Un poco de historia

1970-1980: Es la década de la modernización petrolera y el teatro en el Ecuador. Se destaca sobre todo el teatro político, como resultado de una hibridación entre los modelos europeos y la inspiración que soplaba, desde el Caribe, la Revolución Cubana.

 

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